En el transcurso de la inocencia, uno se para de cabeza frente a los devenires de la vida mitológica que desordena el sentir, pensar y accionar. Sólo la idea de la vida coquetea con las entrañas de los otros, mofándose de la incertidumbre y de los ceños fruncidos. Multicolores maquillan las bondades; y boicotean las telas de arañas de los seres más oscuros, que inútilmente y por los siglos de los siglos continuarán –infructuosamente- repeat! envenenando las luces más puras de estas conciencias bendecidas.
“Encontrarme con mis emociones, lograr una conexión para alcanzar a entender estas pillas dispersas fue y sigue siendo un proceso en mi vida diaria, son el motor fundamental de mi existencia y lo que tenia que descubrir en mi. Aquella razón de vida me mantuvo en estado de coma errático por bastantes años, a pesar de tener un maravilloso hijo por quien vivir; pero al parecer había algo mas preparado para mi, momento del cual estoy disfrutando ahora y procuro permanecer así y evitar revolcones con mas errores.
No pretendo caer en la cursilería, pero todo esto ha sido un devenir desfallecido, el intentar reconciliar mi ente, mi ser y mi almos, siendo para mÍ esta última el suspiro del alma, del cual provienen los dones que son asignados a cada ser humano en este planeta, para hacer algo por él y dejar “huellas sensatas o insanas” (dependiendo de la perspectiva).
Renegué de este “don” por muchos años, inclusive tiempo después, del despertar de mi “coma” debía encajar esta triada para lograr sanarme completamente, porque definitivamente a medias ni revueltas no podía ser ni hacer.
El umbral de mi sensibilidad era tan chiquito como la casita de un ratoncito. Mis emociones, de todos los sabores y colores circulan con todo su libre albedrío, pero reconozco que me ha costado domesticarlas, porque muchas veces me descalabran por completo, aunque lo que escriba lo encuentre después una obra maestra, es como si la inspiración viniese del más profundo dolor.
Sin prolongar aún más la historia, se produce un prospecto de ensamblaje, que no finaliza y que creo, mientras desarrolle mi “don”, jamás permanecerán unidas por siempre, porque al parecer necesito estos vaivenes drásticos para plasmarlo en el idílico conciente colectivo, y quienes protagonizan este ir y devenir… mis queridas emociones, son la base de todo en mi vida ratona..Jajá jajá!
Aún creo en el romanticismo del papel y por muchas otras razones, siempre he sentido que no pertenezco a esta época.
Necesitaba acomodar estos sentires y emociones avocados al pasado, rememorar una escritura tachada hoy en día de complicada y añeja.
Estuve en busca del tono de mi voz literal y lo representado aquí demuestra lo anterior dispuesto, una precisa estructura, con olor a olvidos, amargura, sátiras, excesos y recuerdos, bautizando mi escritura como psicodélicos escritos poéticos..."
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En el transcurso de la inocencia, uno se para de cabeza frente a los devenires de la vida mitológica que desordena el sentir, pensar y accionar. Sólo la idea de la vida coquetea con las entrañas de los otros, mofándose de la incertidumbre y de los ceños fruncidos. Multicolores maquillan las bondades; y boicotean las telas de arañas de los seres más oscuros, que inútilmente y por los siglos de los siglos continuarán –infructuosamente- repeat! envenenando las luces más puras de estas conciencias bendecidas.
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