miércoles, 22 de octubre de 2008

“Tribuna de opinión”

“Torbellino de traspaso, todo lo que tengo en el íntimo incierto, ideas, bosquejos, fotografías, contextos y ridículos pensamientos, la blasfemo .La fé.

La memoria que poseo sobre los hombros dislocados que explota con demencia insensata escribiendo depresiones en mi membrana, lo restriego. El llanto.

Sólo por el placer de las cosas, es tan anómalo, es tan fascinante y la veo venir entre los escombros de Dios, la asumo. La muerte.

Carrusel de mil colores, estrépito de padecimiento y exaltación, la deshonra guía el camino, aparece una flecha de desvió, la elijo. La vida.

Necesito conseguir todo, ungir mi discernimiento en aguas sagradas y voltearlo plenamente, un animal degollado, para que no se impaciente, la creo. La Imaginación.

¿Qué mierda, qué hago?, soplos en mis vísceras sé revuelven con ardor de paz, estoy ahogada, entre rejas, me consume. La locura.

La carta con letra añeja escrita con soberbia por entre las líneas del ferrocarril se advierte tu fuerza y presencia no expresada como desearías, la solicito. La esperanza.

Un cerco de alambres punzantes, quemantes gotas de sangre hierven el vientre abierto desde tus cabellos hasta mis pies sedientos, me entrego. El sexo.

No esperaba menos de ti, criatura de indulgente caminar, traspasas las vidas cortando mis venas hilachentas, te odié, te acepté, te amo. El don.

La tensión en demasía, transpirados cuerpos casi inertes sobre el colapso programado por un ser divino, créanlo o no, vida mía, sólo mía. Parir.

Mentiras piadosas entre los arbustos de la inocencia incriminada, maltrechos bastardos que se empecinan en subsistir sin inteligencia racional, lo reniego. El amor.

La convivencia entre mi ser y mi ente es cada vez mas apocalíptica, no sé hasta dónde llegaré, todo puede suceder, lo imploro. El comienzo.”

viernes, 10 de octubre de 2008

“Poema que roba a poema…” (¿Tendrá un Nobel de indulgencia?)

“Retornan mil poemas con estas mismas frases
Se vienen a mi mente dislocada, vociferando
Acusando a mi pellejo de robo sin violencia
Pero con un arma blanca en mi huesudo estornudo
Trastocadas están, mas añejadas no pedían acabar.

Salvo conducto policial se supone que poseen
Estas risueñas grafías, de algunas otras locas
Más que yo, no podía ser, rancia no quería ser
Dando vuelta un esquinazo, moviendo el viento
Escribiendo en un boleto, tomando un aliento terco.

Transitando por sus modales, me retiro al instante
Al darme cuenta del cuento que me arrebatan
Estas ladronzuelas de espejismos ajenos
De almas empotradas, en esos escritos viejos
No se presume que yo era, ¿la cleptómana?

Me declaro inocente, ante mis culpas evidentes
No engaño a un colega, aunque me lo revuelque
Lo encuentre en un orfanato o purgatorio humeante
O también, en algún sanatorio distante, -¿quién sabe?-
Pero estas ladronas, sí me han arrebatado mi sonrisa.

Me han robado el incienso de aquella noche
Las caricias que recibí al amanecer, el beso al despedir
Los recuerdos infructuosos de uno de mis amados
Que entregan material para transformar en psicodélia
Todo lo escrito esta tarde, en este ambientado sitio…

-Valla- digo, que me han jodido”.